
#PalabrasAbiertas: «¿Qué es no estar bien?» Por Darío Garcia
*Texto escrito por Darío García, responsable del área de Donantes Individuales y voluntario en Módulo Sanitario.
Quería compartir una reflexión basada en algunas experiencias muy personales y enriquecedoras que tuve en Módulo Sanitario.
Mi nombre es Darío. Académicamente, soy sociólogo y tengo una maestría en intervención social. Como podrán imaginar, gran parte de mis inquietudes están profundamente vinculadas con lo social, y más específicamente con aquello que no está bien.
¿Y qué es este “no está bien”? Está claro que esta es una expresión polisémica, es decir, que admite múltiples interpretaciones. En mi caso, “no está bien” cuando las personas viven en condiciones de carencias materiales, lo quieren superar, pero no pueden mediante su propia acción consciente, determinada y libre. Y, aún peor, cuando ni siquiera la acción colectiva, la ayuda de “otros”, resulta suficiente. Es ahí donde emerge un abismo: un vacío, una nada, algo inhóspito.
Esa realidad abismal fue lo que me impulsó a querer entender. Mi propósito inicial fue investigar cómo podían cambiar estas situaciones. Para ello, comencé estudiando, leyendo teorías, conceptualizaciones, esquemas lógicos e investigaciones rigurosas, honestas y bien fundamentadas. Y, aunque parezca extraño, disfruté mucho ese proceso. Sé que decir que “me divertí” puede sonar raro, pero fue así.
Con el tiempo, ese “entender” tomó un nuevo significado cuando tuve la oportunidad de transitar esas realidades de carencias materiales en primera persona. ¿Qué descubrí? Que, más allá de las singularidades individuales de quienes atraviesan esas circunstancias, existe un sistema de relaciones sociales que, en gran medida, produce y perpetúa estas realidades. En otras palabras, hay una responsabilidad estructural del sistema. Claro que también hay una parte de responsabilidad individual, aunque, en mi opinión, esta es menor. ¿Cuánto corresponde a cada uno? No lo sé con certeza.
Lo que sí sé es que mi perspectiva se enriqueció cuando comencé a caminar estos caminos junto a Módulo Sanitario. Allí entendí algo esencial: la ética que sustenta nuestra mirada hacia el “otro”.


En Módulo Sanitario, las personas ven al destinatario de parte de sus esfuerzos, amores, temores y angustias como un igual. Esto, que parece fácil de decir, no lo es. Todos sabemos que prejuicios, temores, egoísmos y otras “yerbas” operan en nosotros constantemente. Somos seres profundamente contradictorios. Sin embargo, el problema no es serlo, sino qué hacemos con esas contradicciones.
¿Qué prevalece en nuestras acciones cotidianas? Esa es, quizás, la verdadera pregunta. Y, en mi experiencia acá, la respuesta ha sido clara: prevalece la humanidad, la empatía y el reconocimiento del otro como un igual.
