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#PalabrasAbiertas: «Ampliar nuestra huella» por Agustina Aguirre

#PalabrasAbiertas: «Ampliar nuestra huella» por Agustina Aguirre

*Texto escrito por Agustina Aguirre, voluntaria y coordinadora de Desarrollo Institucional en Módulo Sanitario.

Elegí este título para esta nota porque me encontré mirando un posteo sobre cómo reducir nuestra huella en el mundo (claramente, con un tinte ambiental) y me hizo pensar. Quienes cuidamos el planeta, como intento hacerlo, estamos acostumbrados a este concepto de “reducción de huella”: reducir el consumo de basura, de plásticos, etc. En ese camino, estoy segura de querer reducir mi huella.

Este fin de semana tuve una experiencia que me hizo pensar que, también, busco AMPLIAR mi huella en el mundo. Profundizarla, hacerla expansiva.

¿Cómo puede ser este sentir tan antagónico?

Una cosa es el impacto ambiental, y otra muy distinta es el impacto que podemos tener en las personas que nos rodean.

El pasado fin de semana compartí una construcción en un barrio de Fátima, provincia de Buenos Aires. Junto a voluntarios de la empresa Kenvue y los flamantes líderes de construcción Marce y Andru, montamos un baño para la familia de Joana y Maxi en dos intensos días de trabajo.

Al finalizar la construcción, Maxi me dio un abrazo tan pero tan fuerte que logramos emocionarnos los dos. Maxi, un hombre que ha vivido muchas vidas dentro de sus 35 años: vivió tragedias, inundaciones, hambre, falta de trabajo; lucha día a día para sostener a su familia y a un comedor que alimenta a más de 100 niños y niñas.

Ese Maxi que nos reconoció que es muy difícil hacerlo llorar, se llenó de lágrimas al ver que, con alegría, festejábamos que su familia ya tenía un baño dentro de su casa. Joana, su pareja y dueña de casa, no logró ni hablar de la emoción que tenía.

Una familia que vive el día a día pensando cómo sostener su comedor comunitario y a sus 4 hijos; mirando por la ventana cada vez que llueve para ver si tienen que levantar la heladera para que no se queme por el agua que entra; que caminan al colegio porque la SUBE no alcanza para todos. Una familia que alimenta a más de 100 personas porque saben lo que es el hambre. Una familia que está acostumbrada a dar y no a recibir. A escuchar, pero no a ser escuchados. A contener, pero a no ser contenidos.

La emoción de Maxi y Joana este fin de semana me vitalizó. Llegaba muy cansada a estas últimas semanas de este intenso 2024. Pero, realmente, ver la emoción que tenían me dio energías para seguir.

No voy a mentirles, no soy muy fanática de las construcciones. No es mi fuerte como voluntaria y me suelen provocar un cansancio físico enorme. La mayoría de las veces opto por acompañar otras instancias del proceso social que disfruto más y que me desgasta menos. Pero al volver de esta construcción, realmente procesé que el dolor de mi espalda y mi cintura iban a sanar a las pocas horas, pero que el impacto que tuvo ese abrazo de Maxi y esa sonrisa de Joana y sus hijos me iba a quedar grabado para siempre.

Y si de momentos inolvidables hablamos, Ciro dejó su marca para siempre al anotar los nombres de todos los voluntarios que construimos junto a su familia su baño. Sí, Ciro, de tan solo 4 añitos escuchó la consigna que propuse al comenzar la mañana «si no recordamos los nombres de las herramientas o no distinguimos un clavo de 3 de uno de 5, no hay drama. Pero que lindo sería que recordemos los nombres de todos los que estamos involucrados hoy!«.

Esa huella, que dejaron en mí, es la que quiero empezar a dejar y a recibir. Una huella que genera alegría al recordarla. Una huella que provoca un efecto expansivo de buena onda en todos los demás. Un efecto expansivo de esperanza, de acción, de risa, de emoción. Recibir esa huella en mi camino y dejarla en el de otros.

Joana y Maxi, este fin de semana, marcaron mi mundo y estoy segura de que nosotros marcamos el suyo.

Gracias, Módulo Sanitario, por ayudarme a salir de mi zona de confort y tener estas experiencias revitalizantes que nos generan un “clic” interno. Y gracias, Maxi, Joana, Ciro, Elías, Iara y Leila por dejar tan profunda huella en mí.