
El baño de Natalio
Cada vez que vamos a un barrio, visitamos y charlamos con las familias y compartimos un mate, paramos la oreja para escuchar la cantidad de historias que hay para conocer. Hoy queremos que conozcas la historia de Natalio y de Romi, su hija.
85 años son los que tenía Natalio cuando lo conocimos en el barrio. Lo conocimos sin la posibilidad de darse una ducha calentita en el invierno, de lavarse los dientes, las manos, y, simplemente, ir al baño. Romi, su hija, es voluntaria de Módulo Sanitario desde 2019, con esa pasión y empuje que atraviesa a todo nuestro voluntariado.
El último fin de semana de septiembre, fuimos a Ingeniero Allan, Florencio Varela, y vivimos una construcción muy especial. No sólo porque construimos 7 baños, sino porque uno de ellos, era el de Natalio.

«Ya me quedé…ya me entregué”, decía él. Vivir sin baño no es para nadie. Pero Romi, su hija, logró ayudarlo y apoyarlo durante todo el proceso desde que lo conocimos, para hacer posible su construcción: hacer el pozo para el biopozo, abonar el 10% de su módulo, preparar el terreno. Para que no salga más a la intemperie para ir al baño.
«Me crió con un carro y un caballo, y con los mejores valores. Por algo hoy estoy ayudando en Módulo Sanitario. Me crió con el gran corazón que él siempre tuvo hacia los demás. Me demostró que si no tenés nada, siempre hay algo para darle al otro. Y papá es eso, es amor, es bondad.».
A partir de ahora, Natalio se va a dormir sabiendo que mañana puede levantarse y encontrar su baño con su cepillo de dientes, inodoro, una pileta donde lavarse las manos, y una ducha con agua caliente. Un baño para sus últimos años de vida.
«Darle la oportunidad a papá de que por lo menos tenga un baño donde se pueda bañar y estar bien, y que esté cerrado, y que tenga sus comodidades, es inexplicable» nos contaba Romi, tratando de contener la emoción, con la voz algo quebrada pero con mucha felicidad.
Cuando decimos que somos más que un baño, creemos que es por acá. La historia de Natalio y Romi, quien, al crecer, le dio a su papá lo que cuando era chica no pudieron tener como familia. Conocer esta historia nos dejó reflexionando sobre la resiliencia, el amor, la familia y el apoyo, y nos permite seguir contándoles por qué Módulo Sanitario es mucho más que un baño.

Somos vínculos, escucha, manos que construyen juntas, y un equipo que trabaja todos los días para seguir transformando las realidades de las familias sin baño.